Bob Iger Strikes Back
Tras un horroroso 2023, Bob Iger encara un año decisivo para Disney con un ambicioso plan para convertirse en el "Servicio Número Uno"
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La actualidad manda, y el martes tuve claro que esta semana no os iba a poder hablar de YouTube como tenía previsto. La noticia saltaba por la tarde hora española: Disney, FOX y Warner anunciaban el lanzamiento en otoño -a punto para la nueva temporada de la NFL- de una plataforma conjunta por streaming a la que iban a aportar todos los derechos deportivos que poseen las tres compañías, cuyo accionariado iban a dividirse a partes iguales, con el objetivo de captar a clientes que solo consumen contenido a través de internet. Un movimiento que mostraba el intento de los conglomerados de reinventar el bundle, esto es, los paquetes de suscripción conjunta característicos de la televisión por cable, para el mundo del streaming, en un proyecto que recuerda muchísimo a la forma en la que se creó Hulu1.
Por una vez, en el mundo deportivo estadounidense en la semana de la Super Bowl no se ha hablado únicamente del partido y todo lo que lo rodea, presencia de Taylor Swift incluida. Los días siguientes al anuncio nos han servido para reflexionar en que hay muchas más dudas sobre el proyecto que certezas:
Para empezar, la plataforma no tiene nombre. El que más he oído esta semana usar es Sport+, pero hasta que haya uno oficial, yo pienso usar el que Julia Alexander inventó sobre la marcha en el último pod de Downstream en un arranque de brillantez: Spulu.
No se sabe qué tecnología va usar, si reutilizarán la que ya tienen desarrolladas alguna de las accionistas o si van a construirla desde cero.
Tampoco quién va a comercializar los anuncios que sin duda poblarán las retransmisiones.
Y, sobretodo, no sabemos cuánto costará.
Sobre esto último, los rumores apuntan a una horquilla de 35-50$, por encima de lo que se paga actualmente en cable por el paquete estándar de deporte -para no soliviantar a los proveedores del servicio ni canibalizar su negocio que, aunque menguante, sigue siendo muy rentable-, pero lo suficientemente atractivo como para atraer a usuarios que solo contemplan el streaming para consumir deporte.
No se vayan todavía, aún hay más…
Sobre lo que no parece haber ninguna duda es porqué esto se hizo el 6 de Febrero: fue la salva de aviso desde Disney, un día antes de su presentación trimestral de resultados, de que se avecinaba algo gordo. Horas después Bob Iger tomó el micrófono para presentar unos estados financieros bastante más que respetables2, a la vez que daba a conocer el plan más ambicioso para Disney desde que volvió a tomar las riendas de la compañía en noviembre del 2022:
Confirmaba que no sólo iban a lanzar la plataforma conjunta deportiva que habían anunciado el día antes, sino que definitivamente ESPN ofrecería una opción con todo su contenido en streaming, y no la versión light que es actualmente ESPN+. Una opción, eso sí, que no va a estae disponible hasta 2025…
Anunciaba el fichaje de Nick Saban como comentarista de los partidos de fútbol americano universitario, que es uno de los deportes que más crecimiento está experimentando en cuanto a interés y espectadores en los últimos tiempos. Saban es una absoluto desconocido fuera de USA, pero allí es toda una celebridad que ha protagonizado más de una veintena de anuncios de bancos, seguros y hasta la HBO, antes de retirarse hace un mes como el entrenador más laureado de la historia del college football.
En materia de contenido audiovisual, la serie que estaba en preparación para Disney+ de Moana / Vaiana se va a reconvertir en una película que se estrenará en cines en Noviembre de este mismo año. Para ello ha tenido que renegociar el contrato de Dwight Johnson y, según informaba Matt Belloni en Puck, los agentes del actor han conseguido un extra de 15 millones de dólares y un aumento de los beneficios de taquilla con respecto a los convencionales. Un Dwight Johnson, por cierto, que va a cobrar 20 millones por la versión en imagen real de la cinta, que pasará a estrenarse en verano de 2025.
Aún más relevante es que se han hecho con los derechos en streaming del concierto de Taylor Swift | The Eras Tour, en una Taylor’s Version que incluye cinco canciones que no se pudieron ver ni en los cines ni en su posterior paso por venta y alquiler doméstico o blu-ray, y que se estrenaría el próximo 15 de Marzo3. La broma, de nuevo según Matt Belloni, le ha salido por más de 75 millones de dólares.
En el movimiento más sorprendente junto a la plataforma conjunta de deporte, daba a conocer una inversión de 1.500 millones de dólares en Epic Games, el estudio que desarrolla Fortnite, para llevar los personajes de Disney al popular videojuego y desarrollar proyectos conjuntamente, tratando una nueva fórmula para cubrir el punto negro que, más allá de las licencias, ha tenido la Casa del Ratón en este apartado del entetenimiento4.
Y por último, hablando directamente a los accionistas, anunciaba un dividendo de 45 centavos por acción, el mantenimiento de los recortes con un objetivo final de reducir 7.500 millones de gasto y un compromiso de recompra de hasta 3.000 millones de dólares de acciones a lo largo del año.
Más allá de demostrar una vez más que en las grandes empresas cuando se quiere, sí hay dinero se trataba de toda una declaración de intenciones de un Iger que, lejos de tirar la toalla, está dispuestos a enfrentarse con sus enemigos internos y externos.
Con amigos así, para qué quieres enemigos
La medida de lo poderoso que es una persona es, por un lado, quién te va a coger siempre el teléfono cuando le llamas y, por otro, la gente que te odia. Y uno no llega a ser el presidente de Disney sin haber dejado muchos cadáveres en la carretera con nombres y apellidos.
Dejando aparte la demanda por despido improcedente que ha presentado Gina Carano contra la compañía antes su salida fulminante de The Mandalorian y que financia Elon Musk5, el principal escollo que actualmente tiene actualmente Bob Iger para ejercer su autoridad en Disney es la que presentan el inversor activista Nelson Peltz a través de su compañía Trian Partners, el antiguo director financiero de Disney -y en su momento potencial sucesor de Iger- Jay Rasulo y el expresidente y exdirector ejecutivo de Marvel Entertainment, Ike Perlmutter6.
Tras haberlo intentado ya el año pasado, Trian Partners ha presentado la candidatura como miembro del Consejo de Administración de Disney de Peltz, a la que en esta ocasión se añade la de Rasulo, a la Junta de Accionistas que se celebrará el próximo 3 de Abril. Pero la principal novedad es que en esta ocasión, a los tres millones de acciones que controla el inversor ha sumado los treinta de Perlmutter, lo que aumenta significativamente las opciones de que la iniciativa fructifique cuando la mayor parte del accionariado está en manos de fondos de inversión y de pensiones. Unos inversores institucionales que tradicionalmente votan con la dirección de la compañía pero que, con la acción cotizando a menos de la mitad de lo que lo hacía en 2021, podrían decidir que igual es el momento de un cambio de rumbo
¿Por qué hacen esto? Lo de Peltz es su modus operandi habitual: tomar posiciones en compañías cuya acción ha caído, forzar cambios -normalmente reducción de costes- que permitan que su precio reflote y vender la inversión en cuanto pueda sacar beneficio. Algo que le ha permitido amasar una fortuna de unos 1.500 millones de dólares y que parece que a sus 81 años le sigue entreteniendo.
Lo de Rasulo, y especialmente lo de Perlmutter, es mucho más simple: odio. Odio visceral. Odio total y absoluto. Odio y deseo de venganza. Venganza contra un Bob Iger que en el caso de Rasulo fue despedido cuando en 2015 sonaba como uno de los más firmes candidatos a sucederle y, aún más sangrante en el de Perlmutter, le enseñaron la puerta de la Marvel que él había creado de una forma absolutamente ignominiosa como uno más de los 7.000 despidos que anunció la compañía en Abril del 2023.
Con esta amenaza, remota pero amenaza al fin y al cabo, Iger tenía que reaccionar fuese como fuese, pactando con quien sea y pagando lo que hiciera falta pagar para intentar afirmar su autoridad y, sobretodo, revitalizar la acción en este próximo mes y medio. Y por ahora parece que lo ha conseguido: Las acciones se revalorizaron casi un 15% el jueves tras la presentación de resultados y los anuncios que hemos comentado, para acabar cerrando la semana con una más que respetable subida del 11,95%.
La batalla por ser el Servicio Número Uno
“‘Me gustaría crear un televisor integrado que sea completamente fácil de usar,’ me dijo. ‘Estaría perfectamente sincronizado con todos tus dispositivos y con iCloud.’ Los usuarios ya no tendrían que lidiar con mandos a distancia complejos para reproductores de DVD y canales de cable. ‘Tendrá la interfaz de usuario más simple que puedas imaginar. Finalmente lo descifré.’”
Esto es lo que Walter Isaacson cita7 en su biografía sobre Steve Jobs que le dijo el co-fundador de Apple poco antes de morir. Jobs estaría trabajando en cómo unificar todo el contenido al que podía acceder una persona a principios de la década pasada en un único dispositivo, en una única interfaz, que evidentemente crearía y controlaría Apple.
En los casi quince años que han pasado desde entonces, el problema no ha hecho más que aumentar. Con una oferta de decenas, casi centenares, de plataformas y aplicaciones a nuestra disposición, seguimos perdiendo el tiempo todos los días en saber dónde podemos ver tal o cual serie, y cabreándonos cuando aquella de laque todo el mundo habla a nuestro alrededor no la tenemos disponible y tenemos que darnos de alta y pagar un nuevo servicio.
Por eso, si las Guerras del Streaming han terminado con Netflix victorioso, casi sin solución de continuidad la contienda se ha trasladado a una nueva esfera: la lucha por ser el Servicio Número Uno, la plataforma a la que accedamos por defecto cuando nos sentemos en el sofá, abramos el ordenador o la tableta o utilicemos el móvil para entretenernos. Y el ganador de esta guerra tendrá aún más beneficios que el de las pasada.
¿Por qué? Porque la realidad del desembarco definitivo de la publicidad en el mundo del streaming cambia totalmente las reglas del juego. El dinero que se puede ganar ya no estará limitado al que puedas obtener por adquirir y mantener suscriptores, sino a las horas que esos espectadores estén en tu plataforma. Y como no hay más que girar la vista a Alphabet, Meta o Bytedance para ver cómo puede funcionar ese modelo y el dinero que puede proporcionar al ver los resultados de YouTube, Facebook, Instagram o TikTok.
Y en esta nueva pelea, Disney tiene el mejor arsenal para poder competir y plantar cara a los gigantes tecnológicos de todos los antiguos conglomerados de entretenimiento:
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