Hace justo un año publicamos aquí en Fuera de Series un artículo en el que reivindicábamos el formato de media hora, destacando series como Fleabag, Atlanta, Transparent o SMILF, propuestas que resultan muy difíciles de enmarcar en un género concreto, y a las que terminamos llamando dramedias, porque es lo que suele hacerse cuando sus episodios no sobrepasan la media hora y no pueden definirse como comedias puras porque no tienen sus convenciones narrativas, estructura, intención ni ritmo.
Share this post
En defensa de la media hora, crítica de 'Arde…
Share this post
Hace justo un año publicamos aquí en Fuera de Series un artículo en el que reivindicábamos el formato de media hora, destacando series como Fleabag, Atlanta, Transparent o SMILF, propuestas que resultan muy difíciles de enmarcar en un género concreto, y a las que terminamos llamando dramedias, porque es lo que suele hacerse cuando sus episodios no sobrepasan la media hora y no pueden definirse como comedias puras porque no tienen sus convenciones narrativas, estructura, intención ni ritmo.