He visto el futuro (durante una hora)
Relatando mi experiencia de pasar una hora con las Vision Pro y reflexionando sobre el futuro que nos espera teniendo ordenadores en nuestras caras
Oye, ¿por qué no quedamos mañana para comer y las pruebas?
Eso me dijo Pedro Aznar este pasada semana, al enterarse que iba a acudir el martes a Barcelona al evento de presentación de Apple de El Mundial de Messi: el ascenso de la leyenda1.
No hacía falta precisar nada más: mi querido amigo, director de Applesfera y con el comparto micrófono en Una Cosa Más2, estaba por supuesto hablando de las Vision Pro, que había comprado en Nueva York hacía apenas unas semanas.
Como os podéis imaginar, sólo había en mi cabeza una respuesta posible. Y así, el pasado miércoles 21 estuve utilizando durante aproximadamente una hora el nuevo dispositivo de Apple, y de esa experiencia voy a tratar de describiros hoy.
Versión TL:DR
A estas alturas ya sabéis que mis artículos del domingo breves, lo que se dicen breves, no suelen ser. Por si tenéis un domingo complicado, aquí va el resumen de mi experiencia en cuatro puntos:
Como todo lo bueno, lo que hace engordar o es pecado en esta vida, por mucho que leáis, escuchéis o veáis sobre las Vision Pro, no sabréis lo que es hasta que no os las pongáis.
La experiencia de los videos grabados en el formato Apple Immersive Video es exactamente eso, inmersiva. Como si estuvieras allí.
Si puedo elegir, nunca querré volver a ver ningún video en otro dispositivo.
Pagaría mucho dinero por poder tener grabados a mis familiares fallecidos o a las crías cuando eran pequeñas en el nuevo formato Video Espacial.
En la hora larga que las tuve puestas, sin quitármelas un segundo, con la correa solo que se ajusta únicamente en la parte trasera de la cabeza, no me molestaron ni dolieron en ningún momento. Tampoco me molestó la batería externa, ni siquiera cuando me levanté del sofá y estuve andando por la casa.
Las gafas costarán unos cuatro salarios mínimos cuando estén a la venta en nuestro país. Es mucho dinero, sí. Y a la vez, me parecen baratas. Cada cual, según su circunstancias, que decida si se las puede y/o quiere comprar. Pero por favor, probadlas.
Empezando por el principio: la configuración inicial
Pedro empezó mostrándome la caja de las Vision Pro. Que es grande. Muy grande. El tamaño y la cantidad de accesorios que contiene recordaban mucho más a cómo vendía los productos la compañía a principio de siglo3 que a lo que nos tiene acostumbrados en los últimos años. Merece una mención especial el librillo que contiene con las instrucciones iniciales, en el que no han reparado en ningún gasto: el papel, las fotografías, la tipografía… es todo de la máxima calidad imaginable.
Pero las gafas no estaban ahí, sino en su Travel Case. Un maletín que posiblemente sea el producto más Apple de la historia: unos materiales increíbles por dentro y por fuera, un sistema ingeniosísimo para asegurar que el dispositivo no se mueva, una bolsita para guardar los accesorios… y un precio de 200$. Pedro me dijo que es imprescindible comprarla, y yo no soy quién para llevarle la contraria.
Tras este doble unboxing, después de configurar el modo invitado4 para que pudiese utilizarlas, y recordándome cómo tenía que cogerlas, Pedro me pasó el dispositivo y me las coloqué por primera vez. La sensación fue la de ponerme unas gafas de buceo o de esquiar5, con el mejor sistema de ajuste que jamás he usado -gracias a la rueda que hay en su parte derecha, que las aprieta o suelta según la giremos- completamente opacas.
E inmediatamente, ves. Ves la habitación en la que estás como si no llevases las gafas. Fue la primera de las muchas veces en las que yo sabía, era consciente de que no estaba viendo con mis ojos la realidad, sino gracias a las cámaras del dispositivo… y a mi cerebro esa distinción le daba igual. Lo mismo que le ocurría a Cypher en Matrix.
Y entonces, empiezas con la configuración necesaria para poder usarlas6. Le proceso dura menos de cinco minutos:
Primero, el sistema escanea tu cara con las cámaras interiores del dispositivo.
A continuación, te pide que le muestres tu manos para escanearlas también.
Por último, calibra tu vista. Te pide que mires diversos puntos y juntes los dedos7 mientras fijas la vista en cada uno de ellos.
Esto último me costó inicialmente un par de intentos hasta que aprendí a hacerlo correctamente. El proceso de los puntos se repite tres veces (a esas alturas ya lo hacía perfectamente) y con esto, el dispositivo está configurado.
La video-demo inicial de la experiencia inmersiva
Ahora, presiona la corona y, cuando te salgan los iconos, lanza la demo de experiencia inmersiva que tienes arriba a la izquierda
Ok, Pedro. Pulso la corona de las gafas, que es prima-hermana pero más grande de la del Apple Watch, aparecen los iconos redondos que he visto ya en decenas de videos desde el anuncio del dispositivo, centro mi vista en el de la demo, junto mis dedos para seleccionarlo…
…y de repente Alicia Keys está cantando a mi lado.
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