Poner Puertas al Campo - Edición Telegram 2024
O cómo Su Señoría D. Santiago Juan Pedraz Gómez, Juez-Magistrado de la Audiencia Nacional, decidió que el Sábado de Pasión de este 2024 lo íbamos a recordar todos los españoles.
Y cuando desperté de la siesta, Pedraz había decidido cerrar Telegram
Mi absoluta y proverbial procastrinación a la hora de escribir estos artículos domingueros, dejándolos siempre para última hora, hace que me pasen cosas como la de hoy. Mi idea era escribir sobre la Gala de los Premios ALMA, a la que tuve la suerte de ser invitado en Madrid el pasado miércoles, lo mucho y bueno que allí ocurrió antes, durante y después, para a continuación centrarme en un momento particular de la ceremonia, cuando Javier Ambrossi -la mitad de los artistas anteriormente conocidos como Los Javis- tras dar junto a Javier Calvo su discurso por el premio a mejor guión por La Mesías, y cuando ya todos los asistentes estábamos esperando que nombrasen a los siguientes nominados, decidió volver a tomar el micro para hacer una revindicación que dejó enmudecida la sala y que a mí1 me pareció hipócrita, demagoga y perfecta para comentarla aquí ahora que ya estoy echado al monte.
Pero como iba diciendo, como ayer por la tarde aún no me había puesto a escribir, resulta que me levanté de la siesta con un aluvión de comentarios en TwitterX y sobretodo, en el grupo de Telegram de Fuera de Series de la decisión de Su Señoría D. Santiago Juan Pedraz Gómez, Magistrado-Juez del Juzgado Central de Instrucción nº 5 de la Audiencia Nacional, de dar ¡tres horas! a los operadores de internet que operan en territorio español para bloquear Telegram a todos sus usuarios tras una denuncia presentada por Mediaset, Atresmedia y Movistar Plus2, por un delito de “vulneración continuada de derechos de propiedad intelectual contra los titulares de diversos canales en la aplicación”, siguiendo un auto que había publicado el día anterior.
Tres horas de plazo en Sábado de Pasión con media España de vacaciones. ¿Qué leche había pasado?
¿Por qué se cierra Telegram y por qué ahora?
A la hora de comentar cualquier noticia, mi deformación profesional me lleva a tratar siempre de obtener la fuente original. Pero tras pelearme con Internet un rato largo, he sido totalmente incapaz de hacerlo: No puedo encontrarlo en el buscador del Consejo General del Poder Judicial y no es plan de llamar hoy a mis amigos abogados para esto. Así que todo lo de este párrafo tiene como fuente lo que aparece en medios, en concreto en El País, que así no nos pelearemos.
Así que me quedo sin poder leer el documento original, el auto por el que el juez amplia la posibilidad de seguir investigando lo que denuncian los tres grandes grupos mediáticos hasta septiembre y, al mismo tiempo, establece la medida cautelar de cerrar Telegram mientras dura dicha investigación, una decisión que según nos dice el periódico, Su Señoría estima como “necesaria, idónea y proporcional y para la que no existe alternativa”.
La decisión se había tomado el viernes por la tarde/noche, según todo lo que he podido leer quien primero se hizo eco fue Cuatro en su informativo de la noche, posteriormente lo confirmó Europa Press y poco a poco los medios digitales lo fueron dando siempre y cuando tuviesen a alguien de guardia el Viernes de Dolores para hacerlo. Como muestra, baste decir que El País lo publicó a las 23:10, actualizando la noticia ya el sábado a las 00:04.
Y como esto parece que no le bastó a Su Señoría, la tarde del sábado decidió enviar un mandamiento judicial en el que daba a las operadoras tres horas desde la recepción del mismo para impedir a sus respectivos clientes el acceso a Telegram. Como resulta complicado que la persona que puede autorizar esta operación, y las que deben llevarla a cabo, vayan a estar trabajando este fin de semana, todos suponemos que la cosa se pondrá en marcha mañana lunes. Y mientras tanto, pues a escribir toca…
El precedente de Napster y las discográficas
Cuando retomé la rutina de escribir aquí semanalmente, no tenía ni idea del partido que le iba a poder saca a mis clases en la Universidad. Pero una vez tras otra, la actualidad me lleva a cosas que ya han pasado y, que como todo en esta vida, vuelve al primer plano. Porque lo primero que me vino la cabeza al conocer la noticia fue lo que que ocurrió con Napster y las discográficas americanas a principios de siglo.
Para aquellos que no lo recordáis -o que como mis alumnos, no estabais siquiera vivos entonces-3, Napster nace en 1999 como un programa que permitía compartir archivos de audio en formato .mp3 a través de internet y, con el buscador que tenía incorporado, encontrar archivos que estabas buscando y descargarlos de otros usuarios que estaban conectados en ese momento a una internet que, fuera de Universidades y grandes empresas, funcionaba fundamentalmente a través de modems que se conectaban a la línea telefónica convencional.
El programa de inmediato se usó para compartir música entre sus usuarios, lo que llevó por un lado a que cobrase cierta notoriedad y por otro, a que las empresas detrás de los sellos discográficos, asociadas en la Recording Industry Association of America -o RIAA, un acrónimo que todos nos aprendimos de memoria en ese tiempo como la SGAE- la denunciasen a primeros de 2000 y hablasen sin parar de la amenaza para la música suponía -aumentando su popularidad en un caso de Efecto Streisand de manual- consiguiendo finalmente su cierre por parte de un juez en julio de 2001, antes de imponer una multa millonaria que la abocó a la bancarrota. Si como yo no la vivisteis pero la historia os suena, puede que sea por la espectacular escena en La Red Social en la que Sean Parker, el co-fundador de Napster, interpretado por un Justin Timberlake que nunca ha estado mejor, cuenta su periplo mientras seduce al Mark Zuckerberg de Jesse Eisenberg
Internet iba a acabar con la música
Igual que el teatro, que lleva muriéndose desde la época de los griegos clásicos, sigue con plena vigencia, igual que el video no acabó con la estrella de la radio, por mucho que The Buggles lo dijeran una y otra vez, Internet tampoco lo iba a hacer con la música. Porque lo que amenazaba no era el medio en sí, la obra, las canciones, que de repente podían llegar a mucha más gente a un precio muchísimo más barato, sino al modelo de negocio que habían creado las discográficas, que comenzó con el vinilo y los cassettes y se perfeccionó con la llegada del CD, con el que si querías escuchar la canción que estaba de moda, tenías que comprar un álbum completo que no sabías si te iba a gustar o no. Esto es lo que estaba amenazado, y ante lo que los sellos reaccionaron con toda la fuerza que sus departamentos legales y su muchísimo dinero les permitió en Estados Unidos.
Lo curioso es que cuando uno mira las cifras que las propias discográficas ofrecen públicamente en la web de la RIAA, la película que se observa es muy diferente…
El gráfico muestra los ingresos de la industria musical en Estados Unidos4 desde 1973 hasta los últimos datos disponibles que son los del 2022 clasificados por formato en el que se comercializa.
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